Cuando uno se sienta delante de una copa de vino y contempla su color, percibe su aroma y disfruta de su sabor, en pocos casos, se para a pensar todo lo que ha influido hasta llegar ese momento. En la calidad de un vino intervienen cantidad de pequeños actores que al unirse, conseguirán que en el momento de beberlo, se disfrute.
Uno de estos es el suelo, factor de vital relevancia, ya que es el que aporta las sustancias y hace crecer a la cepa.
Entre los diferentes tipos de suelo, la caliza juega un papel importante en el aroma y en el grosor de los frutos, proporcionando vinos aromáticos y de alto contenido alcohólico.
En España, existe desde 2002 la D.O. Dominio de Valdepusa, situada en el término toledano de Malpica de Tajo y primera D.O. de Pago en nuestro país. En 2003 se convalido este reconocimiento por la Unión Europea, convirtiendo a Dominio de Valdepusa en la primera finca española en recibir un reconocimiento solo obtenido anteriormente por pagos míticos como Romanee Conti (Borgoña) o Sassicaia (Toscana).
Los suelos del Dominio de Valdepusa están formados por un estrato superficial de arcilla con un espesor de 30 a 50 cm que descansa sobre un subsuelo de piedra caliza, fragmentada de 2 o mas metros de profundidad, que se formó en el periodo cretácico. Se trata de un tipo de suelo de excelente estructura, porosidad y drenaje, considerado desde hace siglos en Borgoña y otras zonas vinícolas de prestigio como ideal para la producción de grandes vinos apropiados para crianza.
Según los expertos vitivinícolas, la caliza nos proporciona unas características idóneas para un vino con gran personalidad, potente, vigoroso y completo.
No todo va a ser hablar de piedra…chin chin.
Beatriz
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