Arquitectura FRACTAL

Todos los días se aprende algo nuevo. Nunca había oido este término aplicado a la arquitectura y por lo que he podido investigar después, está más relacionado con ella de lo que a priori pensaba.

El pasado jueves acudimos invitados a los primeros pasos del colectivo SOCIARTE. Una iniciativa muy interesante en la que artistas de diferentes campos comparten las técnicas de su arte. Obras cargadas de personalidad y fuerza. Entre todas ellas nos llama la atención una especialmente la de Salvador Escaño, “Lucha de Titanes”, realizada en arquitectura fractal. Me tendrán que perdonar por mi ignorancia, pero hasta este momento no sabía nada del concepto “fractal” aplicado a la arquitectura.

 

Un fractal es un objeto semigeométrico cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se repite a diferentes escalas. El término fue propuesto por el matemático Benoît Mandelbrot en 1975 y deriva del Latín fractus, que significa quebrado o fracturado.

Ese mismo concepto se aplica a edificios e incluso al urbanismo. Estructuras que se repiten una y otra vez. Además el término está  relacionado con la teoría de caos, orden en un aparente desorden. Este fenómeno es muy común en la naturaleza y da origen a lo que conocemos como arquitectura orgánica. La aspiración de la arquitectura en la naturaleza no se limita a copiar formas sino a aplicar las leyes.

 

Así, podemos nombrar algunos ejemplos, el primero de ellos bien pueden ser las catedrales góticas. En ellas el sistema constructivo y la forma se hacen uno, abandonando la masificación propia del romántico e introduciendo la luz en unos edificios de gran altura.

Otro ejemplo de este tipo de arquitectura lo encontramos en Gaudí. Formas irregulares pero perfectamente preconcebidas a partir de materiales de desecho con formas en principio arbitrarias. El Parque Güell es un ejemplo de ello, al caminar bajo las estructuras creadas para los paseos encontramos que las fronteras entre lo natural y lo artificial desaparecen.

Gehry, arquitecto canadiense, ha hecho de la irregularidad propia de la naturaleza una nueva arquitectura no por todos querida pero muy bien aceptada por el usuario, prueba de ello es el Guggenheim.

 

Por último, merece la pena nombrar a Fernándo Higueras que ha conseguido aunar, como casi todos los grandes, la forma y la estructura. Con un sentido portentoso de lo estructural sus obras no pasarán nunca desapercibidas.

Vanesa Fernández